Querida gente que sigue mi poco perspicaz diario.
Siento que ha pasado mucho tiempo! En realidad es que he vuelto a ser un casi adulto y así como ya casi no uso mi blackberry mientras trabajo, casi no uso mi compu más que para ver mi telenovela o mi serie antes de dormir. La verdad la adaptación va viento en popa finalmente. Ahora me levanto con mucho gusto a preparar mi cafecito y a bañar. Voy a la oficina, y aunque siempre, siempre, SIEMPRE, estoy lidiando con llegar a buena hora (osea ser puntual), ahora ya no me cuesta nada, voy contenta. Opino que no hay nada como salir del metro (vagón sardina) y ver la bella ciudad iluminada por el sol. Los pajarracos empiezan a cantar y es rico.
He hecho muy buena mancuerna con mi coleguita, Claudia, y nos llevamos muy bien. Una cosa genial que se nos ocurrió es ser abiertamente patetic e inscribirnos al gimnasio para gordas más popular de NY por barato y por ser exclusivo para el género femenino, Lucille Roberts. Mis propias amigas gringas dicen que no es nada chic y claro es obvio y lo sabemos! Es de paso, pero nada como salir de la 39 voltear y 3 cuadras después antes del metro, helo ahí y nada de excusas, aikir antes de volver a casa. Pues llevo 3 semanas yendo a clases tan divertidas como terapéuticas pues una no para de hacer el ridículo pero ¿qué demonios importa si lo importante es mover el bote, sudar y reírse de uno mismo? Ya empiezo a sentir las carnes ir disminuyendo poco a poco y he dejado de codepender del pan.
En cuanto a mi trabajo, la verdad lo amo hasta el momento. Claro, lo he aprendido a conocer y a aceptar con todos sus defectos, a lidiar con las cosas complejas, y a quererlo. Siempre es duro al inicio de algo nuevo pues porque uno no le sabe y toca aprender y tragarse su orgullo barato, y en mi caso, pues ha sido importante aprender a lidiar con el sufrimiento diario que uno ve.
Este viernes, por ejemplo, tuvimos la primera reunión comunitaria que organizamos mi jefe y yo. El choro es muy largo y no los voy a aburrir, pero fue todo un éxito, le eché todos los kilos que me sobran (créanme que son bastantes) y todo salió excelente!
En cuanto al amor... No sé, sobre ese tema no sé aún qué opinar. Como que no me animo a nada, y tampoco lo ando buscando. A pesar de todo, tengo mis fans. Pero entre platicar con alguien a ver si conectamos y comer delicioso con una copa de vino y pasar tiempo con mis viejas, prefiero la segunda. Más bien ahí que llegue si se le da la gana llegar. La neta sí me gustaría tener un amor porque yo soy una persona simpática, tierna, cursi y con mucho amor que dar. Dos, porque sería padre tener compañía en primavera y verano, y tres porque la relación siguiente será mi laboratorio. Quiero ver cómo se cumplen o no todas mis teorías de la complejidad de la convivencia y como yo auguro un gran futuro siempre y cuando cada uno administre bien su madness. Y creo en el amor y i want love como Elton John y al mismo tiempo apoyo a Paulinita Rubio cuando canta que ella no se va a convertir en esa mujer la que firma un papel y entrega su vida. Osea yo siempre lloro, pero me gusta llorar y no tengo pedo que un hombre me vea llorar. Y es que me amo mucho a mi misma para sacrificar mi independencia por una vil llamarada de petate, aun me falta mucho para eso.
Y me falta mucho porque me falta superar del todo mis etapas de transición, posicionarme y renovar mi closet, mi maquillaje, seguir mis terapias, aprender y usar mi actual trabajo como plataforma para el siguiente. Me falta seguir saboreando la vida. Ergo, aún me falta seguir cambiando de piel pues el año apenas va arrancando.
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