lunes, 19 de marzo de 2012

Milagros


Para Camila

Hace poco regresó a mi un libro que le robé a mi mamá, Mal de amores de Ángeles Mastretta, y que todas mis amigas latinoamericanas leyeron en algún momento en los últimos dos años en NY. Después de tres años, lo volví a leer.

Más allá de la sexy historia de amor entre los fogosos amantes, Emilia y Daniel, lo que más me gusta de ese libro es el personaje de la tía soltera, Milagros.

Milagros no es, eso sí, ninguna mujer venida a menos y degradada como son descritas normalmente las mujeres que decidieron o no pudieron casarse. Ella es una soltera consolidada y orgullosa de serlo. Emilia heredó entonces la fortaleza, tenacidad y pasión de su tía Milagros y con estas virtudes es capaz de luchar por su amor, aún en contra de la pasión de la revolución, único amor capaz de quitarle una y otra vez a su Daniel luchador de la causa perdida.

Milagros es de esas mujeres que reúne los atributos que más admiro en las mujeres que veo como ejemplos, y como pares.

"Milagros tenía también los ojos hundidos y curiosos, sólo que ella no estaba en paz sin las respuestas, le urgía saberlas todas, conocer hasta el ùltimo lugar de mundo. [...] Era por eso que no se había casado con ninguno de los tantos que la desearon. No sabían las respuestas, para qué destinarles el destino?"

Milagros "tenía su libertad como pasión primera y su arrojo como vicio mejor". Al nacer Emilia, Milagros le deseó esta maravilla:

"Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad."

Yo como Milagros, soy "drástica en mis juicios, y exigente con los ajenos". Y no tanteo y cuando me dicen que no a algo, veo la forma en lograrlo de forma inteligente. Y conozco unas pocas que son así. Cuando camino y tengo el viento en mi contra, prefiero alzar la cabeza y disfrutar de ese privilegio. Esos son los detalles que hacen de nuestra libertad el más grande de los privilegios. Y con la felicidad de estar consciente de todo lo que tengo y por lo que he luchado, también le deseo a las mujeres cercanas a mi, la impaciencia por la vida, no por destinarle su destino a alguien o a algo. Y conozco unas pocas que son así, y que han tenido la fortuna de los amores, pero sobre todo los delirios de la soledad y por eso la tenemos ganada.

Eso, que no se den por vencidas tan fácilmente, que si la soledad, que si la infelicidad, que si no estamos arrasando. Sí, son cosas complejas y nada fáciles de cultivar, pero entonces cultivemos nuestra capacidad para ser felices aunque tengamos que morir en el intento.

Te deseo, como dijo Milagros, "la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no sucede."

Qué impresionante es saber que escogiste, que escogimos, la fe en la boca de los aventureros y aunque por eso a veces se vea tan duro y complejo, en el futuro donde ya caminas con la frente bien en alto como bien me lo aclaraste, cabe todo lo que aún no sucede.

domingo, 4 de marzo de 2012

Cambiando de piel

Querida gente que sigue mi poco perspicaz diario.
Siento que ha pasado mucho tiempo! En realidad es que he vuelto a ser un casi adulto y así como ya casi no uso mi blackberry mientras trabajo, casi no uso mi compu más que para ver mi telenovela o mi serie antes de dormir. La verdad la adaptación va viento en popa finalmente. Ahora me levanto con mucho gusto a preparar mi cafecito y a bañar. Voy a la oficina, y aunque siempre, siempre, SIEMPRE, estoy lidiando con llegar a buena hora (osea ser puntual), ahora ya no me cuesta nada, voy contenta. Opino que no hay nada como salir del metro (vagón sardina) y ver la bella ciudad iluminada por el sol. Los pajarracos empiezan a cantar y es rico.
He hecho muy buena mancuerna con mi coleguita, Claudia, y nos llevamos muy bien. Una cosa genial que se nos ocurrió es ser abiertamente patetic e inscribirnos al gimnasio para gordas más popular de NY por barato y por ser exclusivo para el género femenino, Lucille Roberts. Mis propias amigas gringas dicen que no es nada chic y claro es obvio y lo sabemos! Es de paso, pero nada como salir de la 39 voltear y 3 cuadras después antes del metro, helo ahí y nada de excusas, aikir antes de volver a casa. Pues llevo 3 semanas yendo a clases tan divertidas como terapéuticas pues una no para de hacer el ridículo pero ¿qué demonios importa si lo importante es mover el bote, sudar y reírse de uno mismo? Ya empiezo a sentir las carnes ir disminuyendo poco a poco y he dejado de codepender del pan.
En cuanto a mi trabajo, la verdad lo amo hasta el momento. Claro, lo he aprendido a conocer y a aceptar con todos sus defectos, a lidiar con las cosas complejas, y a quererlo. Siempre es duro al inicio de algo nuevo pues porque uno no le sabe y toca aprender y tragarse su orgullo barato, y en mi caso, pues ha sido importante aprender a lidiar con el sufrimiento diario que uno ve.
Este viernes, por ejemplo, tuvimos la primera reunión comunitaria que organizamos mi jefe y yo. El choro es muy largo y no los voy a aburrir, pero fue todo un éxito, le eché todos los kilos que me sobran (créanme que son bastantes) y todo salió excelente!
En cuanto al amor... No sé, sobre ese tema no sé aún qué opinar. Como que no me animo a nada, y tampoco lo ando buscando. A pesar de todo, tengo mis fans. Pero entre platicar con alguien a ver si conectamos y comer delicioso con una copa de vino y pasar tiempo con mis viejas, prefiero la segunda. Más bien ahí que llegue si se le da la gana llegar. La neta sí me gustaría tener un amor porque yo soy una persona simpática, tierna, cursi y con mucho amor que dar. Dos, porque sería padre tener compañía en primavera y verano, y tres porque la relación siguiente será mi laboratorio. Quiero ver cómo se cumplen o no todas mis teorías de la complejidad de la convivencia y como yo auguro un gran futuro siempre y cuando cada uno administre bien su madness. Y creo en el amor y i want love como Elton John y al mismo tiempo apoyo a Paulinita Rubio cuando canta que ella no se va a convertir en esa mujer la que firma un papel y entrega su vida. Osea yo siempre lloro, pero me gusta llorar y no tengo pedo que un hombre me vea llorar. Y es que me amo mucho a mi misma para sacrificar mi independencia por una vil llamarada de petate, aun me falta mucho para eso.
Y me falta mucho porque me falta superar del todo mis etapas de transición, posicionarme y renovar mi closet, mi maquillaje, seguir mis terapias, aprender y usar mi actual trabajo como plataforma para el siguiente. Me falta seguir saboreando la vida. Ergo, aún me falta seguir cambiando de piel pues el año apenas va arrancando.