Why should we hire you?

Hoy fue un día importante. Después de muchos meses de estar en procedimientos laborales, hoy culminé el más difícil y el más deseado de los procesos. Es una organización genial, por supollo, profesional y muy adhoc a mi misión de mártir de la transparencia--- again (a quién le suene que traiciono mis jóvenes ideales, nel sólo estoy armando un estratagema... ilusión óptica, sólo me fui por lo sexy).

El caso es que hoy tuve la entrevista más difícil y larga de mi vida, una hora y media con 3 altos directivos. Mucho más compleja y dura que la otra fundamental que tuve en DC hace unas semanas. Ambos procesos prometen. Pero la de hoy es quizás la que más esperé por estos meses que le invertí a esta búsqueda. Ha sido también la más limpia, la que no requirió un contacto, un pitazo, han sido meses sembrando la florecita que empezó a crecer a inicios de agosto. Me siento honrada tan sólo de haber llegado a la entrevista que sólo le dan a 3 gatos después de más de cien solicitudes. Datos valiosos, todos jóvenes y bien vestidos, y yo puedo decir que me veía guapísima y con clase. Debería contar el valor monetario de mi outfit como hacen las revistas- Veamos, vestido $80 (lo compré con descuento 25%) collar mega uff de diseñadora de Brooklyn $80 (con un cincuenta), zapatos $40 (de Williamburgh!), chaquetita blazer super chic de H&M (el vestido era de mejor tienda y se nota). En fin más allá del outfit, fue una entrevista que preparé: sí me esmeré, estudié, practiqué, además del callo que ya adquirí para tratar de evitar más las vejaciones y esquivar los osos.

Y aún así, gente, sentí que me la metían hasta el fondo, y que pena decirlo así y ojalá mi mamita nunca lea esto, pero fue una putiza de preguntas. La sentí venir dura y lo fue- Salí bien librada ... creo. Al menos a esta hora del día puedo decir que me siento satisfecha. Ya la caído, caído está. Esto va a sonar a ardidez posterior pero en serio me siento orgullosa de mi y por primera vez puedo decir que, amigos, amigas, si me quedé en este país no fue para conseguir un trabajito ahí nomás y vivir a huevo aquí y seguir adelante con mi superficial deseo de seguir recorriendo la Gran Manzana. No, mi sueño no es todo por una gran manzana, si fuera así hubiera aceptado el humilde pero muy honrado y digno trabajo que me ofreció el Cónsul de México en NY. Si fuera por una superficialidad rotunda, estaría consiguiendo pasantías, consultorías lo que fuera para vivir, babysitteando. Pero no, la razón fui yo y el desafío personal de a ver qué sale pero que salgo algo bueno. Es todo por probarme que puedo llegar a una oficina como la de hoy a exponer en el piso 17 de un rascacielos sobre Broadway y la 53 (horrible el midtown btw) por qué deben contratar a una mexicana y no a un gringo, y por qué yo soy una verga parada, una chingona muy a pesar de mi nivel de inglés (es bueno, siempre exagero), y muy a pesar de mi experiencia 90% en México y que puedo hacer tan bien el trabajo como cualquiera contra quien compito en esta demente ciudad.

Es más, lo puedo hacer mejor porque me saldría de mis tripas, como todo lo que hago con gusto.

Es la primera vez que hablo de este tema casi tabú pero siento que esta noche salí del closet del estrés laboral que he tenido. He odiado y amado este verano por esto. La incertidumbre y la chaqueta eterna hice bien hice mal. Entonces venga, si me toca conseguir esto, listo! Si me toca el de DC, o en la otra área, que sea lo mejor! Si no me toca, pues .... ¿quién mejor que yo para decir "pasa nada"? Me he probado más que nunca que he logrado cumplir con el reto, y ¿quién sabe lo que me esperará después?

Después de la violación de hoy, tocó ir a chupar. Fue un día importante y bueno. Me fui con mis amigas Andrea y María Alejandra que me quedan en NYC a Hell's Kitchen a tomar tequila, ¿qué más? Todo por superar la nockeada. Por ello a las 7 30 estaba pedísima y no podía caminar derecha por Times Square con todo y tacón. Decidimos ir caminando y pues sentir el extremo calor de esa zona tan fea como necesaria para esta ciudad. Sí, no me gusta nada, pero toca entrarle y sentir el cambio de luces sobre los cuerpos que vamos caminando por esas calles. No podíamos más con la cabeza, no podíamos más con la prematura borrachera que nos metimos.

Llegué a mi casa después de 40 minutos en el metro teniendo una terrible mala copa, obvio ya estaba en el estado típico post entrevista... No respondí ésto bien, debí haber dicho lo otro, qué idiota cómo me trabé, me fue fatal, la cagué, lo eché todo a perder, me van a batear. Nada nuevo dijo Villarino, nada nuevo de ti, mañana se te pasará. Es cierto, sólo que era la peda! Llegué con cruda o enguayaba y me tiré a la cama a llorar. Llegó Clarita a quitarme los zapatitos hipsters y quitar las cosas de mi cama, eran las 9:30. Jaja, y obvio lloré y me dormí como bebé. Una hora después desperté como si nada, con hambre, y cené con mis bellos roommates y me puse a pensar ya con mucho optimismo que en verdad no lo hice tan mal. Eso le dije a Norma ya más contenta de mi misma, espero que ellos lo piensen así.

No lo hice mal. Esto será una más de mis tantas experiencias antropológicas y aunque ya sé que me enfrentaré eventualmente al pago de deudas, a preguntas de mis papás de por qué rechacé 1 o 2 ofertas laborales durante este verano, a la incomprensión general ante mis sueños de gloria, no me arrepiento de ninguna de mis decisiones. Lo hice porque así me lo indicó mi razón tan bien pensada como sentida. Y esto va dedicado como agradecimiento a todas aquellas personas que me han escuchado, leido, calmado, consentido, reanimado, echado porras, dado tanto cariño como invitado a comer y pasear por NY, DC y DF. Tantas tantas veces.