Lo siento pero mi ex relación con el de ahora 26, acabó en madness. No por mi, lo cual es el milagro, pero por él, por ser un pésimo administrador de sus sentimientos, sensaciones y pasiones.
El muchacho explotó, me insultó, me hirió, me faltó al respecto y no en el buen sentido, y luego obvio, volvió a pedir perdón. Ay nanita, a ver muchachos, la mera verdad esto no es ni sermón en mala arrogante forma, es... simplemente, la única vía que conozco. La moderada. Es la reflexión posterior a mi moderada réplica a su correo de suplica y perdón. Yo misma me impresiono. Sí, admiro la mujer en quién me he convertido. No ha sido fácil la verdad, cómo yo la misma persona que a sus 20 años casi se tira de un auto andando por berrinche, por arranque por hacerse la víctima; o aquélla que de los 23 a los 24 años vivió en una relación como la "otra", metiendose con un guey con novia recibiendo las migajas y cero respeto; o aquélla que a los 25 se enamoró de un hombre que nunca haría pública su relación porque él estaba en crisis emocional o la misma que a sus 27 años se sintió morir del dolor por el fin de una relación que sólo le daba seguridad a si misma;... cómo ella que no sabía administrar la violencia interna y llegó a golpear gente, a tirar partes de una cocina, a lastimarse un brazo en ataques de locura, cómo esa misma persona que era su peor enemigo ha llegado a ser tan mesurada? Me duele aún pensar en mi cuando era así porque me duele aún recordar lo poco que le invertí a mi amor propio por tantos años. Porque nadie me enseñó cómo sacar mis sentimientos, y cómo sacarlos bien.
Soy amiga de todos mis ex parejas, incluidas aquéllas que me hicieron tanto daño. Sin embargo mi reto mayor fue A., y aunque todos saben su nombre y esto no es una sorpresa, sí lo es que seamos muy amigos. Él me conoce como nadie, yo a él. Disfruto seguir hablando con él a diario, y ver cómo hemos cambiado para bien o para mal. Esto no se trata de mis ex novios, sino de mi. El mismo A. dijo que en el mail que le mandé fui mala. Fui mala. No, fui justa.
Mala... No, yo no lo veo así. A las personas que las carcome la pasión revolucionaria, los caballos salvajes o la turbulencia o como querramos llamarles a las "emociones" mal administradas, hay que guiarles para saber manejar dicha turbulencia. Asimismo, hay cosas que a la turbulencia no le podemos pasar y perdonar con facilidad como es esto que tienen de ir hiriendo por ahí con hociconerías, con palabras, con acciones, con violencia verbal o física a otras personas.
Eso sí es injusto. Y no lo digo como líder de la ecuanimidad, obvio no, no tendría legalidad en el tema, sino como turbulenta. Sí, como una de las peores dramáticas de bazar que conozco, como una de las personas que más ha herido incluso a sus padres con palabras, con corajes y enojos y por la falta de una inteligencia emocional.
Entonces hay que enseñarles a aceptar uno que la cagaron, y dos, que deben aprender a lidiar con las consecuencias de sus actos. Por último, busquen ayuda. Finalmente es por su propio bien.
¿Y finalmente que gané con los dramas, berrinches, alborotos, zafarranchos y conatos de violencia que les hice a mi mamá, hermana, amigas, amigos o ex novios? No gané nada. ¿qué perdí? Perdía cada vez más mi amor propio, mi seguridad, la dirección de mis actos cuando quería obtener algo. Sólo me hería a mi misma. Qué padre se siente irse a putear al ex novio patán, y ¿luego? ¿Y qué tal las cosas horribles que eres capaz de gritar por celular en un coche con toda la Comercial Mexicana escuchandote por un simple olvido y para colmo, a la persona a quien supuestamente amas? Y las múltiples crudas morales? ¿Y finalmente el saldo de haber realmente expuesto ante los demás?
Sí, los insultos eran mi arma favorita. Y los arrebatos, y los gritos, y las descalificaciones y los golpes, y demás cosas. Eso es lo menos bonito de estas personas guiadas por la pasión revolucionaria.... son los fantasmas que llegan y invaden nuestros ojos. Y no, eso no lo permito nunca más. El costo de las heridas en los demás deberían ser muy altos. Y hoy yo le subí el costo a los insultos y arrebatos sin sentido alguno a mi ex amantuelo. Qué pena pero alguien le debió dar una lección, pues no todo se arregla con un "olvidemos todo". No.
Hay momentos en los que uno debe recordar por qué somos quiénes somos ahora.
Y así he tratado de ser con mi nueva relación o lo que sea. Esa es una nueva aventura para mi, pues tampoco me conozco enamorándome sin poder pisar terreno, sin toda la confianza de una relación sólida. No sé si me explico. Lo único que sí se es que yo no vuelvo a hacer las cosas que hice en el pasado por una simple razón, y que debe ser la que guíe todos nuestros actos nenas, que nos queremos demasiado a nosotras mismas para volver a tomar esas armas incorrectas y presentarte así ante los demás. La pasión es genial, quien no la tiene es aburrido. Pero no hay nada más sexy que alguien que piensa y siente de forma inteligente; y no los golpes.
Este año es un año importante para mi, tengo muchos retos, desde personales como profesionales. Se acaba mi maestría, debo decidir qué haré en mayo, debo trabajar como loquita, sobresalir y salir vencedora de las crisis que esos retos implican. A veces me sigo comparando y me siento menos entre la masa de gringos empoderados que me rodean, y claro, es igual de fácil recordar todo lo que tengo para ofrecer y (perdón) lo chingona que soy y que he sido en estos casi 4 semestres en mi escuela. No sólo me tocará aprender a manejar esas situaciones, sino que no voy a negar que estoy viviendo una nueva etapa emocional y que debo lidiar también con nuevos sentimientos en mi por una persona con quien tampoco es fácil estar debido a que tampoco esperaba "sentir". El miedo detiene a los más inteligentes. Pero me emociona hasta las lágrimas ver que soy una persona que ha cambiado en los sentidos tan anhelados. Por eso necesitaré todas las mejores armas, porque este año, este año es otro de nuestros mejores años. Aquí, allá o dónde sea.