God don't make lonely girls: ellas lo deciden

    Para C con amor 

Vivir sola tiene muchas bondades.

Uno cree que después de una ruptura su rutina queda fracturada para siempre. Digo, quiero hablar de la rutina de pareja que vivía en pecado, no hablo de otros órganos del cuerpo que obviamente se aquejan mucho más. 

Para mi, la rutina es lo más difícil de superar pues representa todas los actos compartidos, buenos o malos, el modo de vivir y ver pasar la vida junto a ese alguien que haces ya sin pensar. Yo al principio pensé que la soledad me llevaría a una tristeza insuperable y no fue así, pero claro se requirieron de muchas cosas como la compañía de familia, amigos incondicionales, y de un gran esfuerzo de mi parte. Uno debe crear movimiento y ruidos en una casa semi vacía que implica en muchos casos volver a querer ese "hogar": hay gente que arregla sus muebles, pinta, compone el gas, hurga en papeles, limpia su closet, etcétera. Son actividades catárticas y el punto, desde mi perspectiva sicológica de bazar, es no huir.

Estar consigo mismo es seguramente lo más difícil pero en ésto radica el éxito de vivir solo y estoy convencida ahora que es básico para disfrutar los 30. Una decide que estar sola es lo que quiere. 

Yo por ejemplo me he vuelto más organizada, leo mucho, escucho mi música desde Patti Smith hasta Westlife, he vuelto a disfrutar mis actividades de ama de casa (gueno sigo siendo pésima doblando sábanas y me choca doblar ropa limpia, pero lo hago), tengo horarios distintos, los amigos caen anytime y veo lo que se me da la gana en la tele (y siempre lloro con ciertos shows)!

Vivir sola tiene muchas más bondades y mi favorita es, paradójicamente, dormir sola en diagonal. Y cuando uno disfruta dormir solo quiere decir que está mejor que nunca!  La moraleja es que la rutina puede moldearse y mucho, y como bien dijeron los Smiths, eso es al menos una luz que nunca se apagará!