lunes, 19 de octubre de 2009

Vivir con la boca abierta


Me caché de nuevo con la boca abierta.

Es algo que hago usualmente. La vez que lo hice consciente y se lo hice explícito a la persona con quien más comparto comportamientos banales y placenteros, fue una tarde de diciembre en la carretera del Sol. No fue así pero así lo traduce mi memoria: Camila, a veces en el trabajo me sorprendo con la boca abierta, me encanta, inténtalo. Es como estar despierto en la etapa entre la somnolencia y el dormir. Creo que insistir en cerrar la boca es antinatural, antifuerza de la gravedad e incentivas arrugas al querer ir en contra de ese flujo de hueva en tu cara. Ella lo acató. 

Y de pronto me dije, claro, vivir con la boca abierta hace de la vida algo más ameno, más agradable y más ligero, ¿por qué negarme a hacerlo por norma o convención social? Ahora mismo lo estoy haciendo, y me veo reflejada en mi ventana: no necesitas abrirla mucho, es cuestión de encontrar la comodidad. 

También me sorprendo sentada chueca y luego me pongo derecha. Luego me abro de patas, y cuando estoy en casa en mi cuarto sobre mi cama leyendo o perdiendo el tiempo, estoy en ropa interior. La vida en calzoncillos también es rica. Uno podría estar desnudo, es cierto, pero sí tienes unos calzones lindos, ¿por qué no lucirlos? Me gusta rascarme, y en especial las axilas. Ay si, me vale. Me gusta comer los mangos, las mandarinas, las naranjas, la papaya con las manos, con los dedos llenos de jugo y líquidos pegajosos que seguro terminarán en mi cabello. Me gusta lamerme el dedo tras agarrar jocoque o humus directamente de mi refri. Me gusta chupar los olotes, y subir los pies sobre la mesa. Me gusta decir groserías y mirar pasar a los chicos. ¿Se acuerdan que soy una rufiana? Eso dije hace unos meses. He mejorado un poco porque aún rufiana me gusta verme linda y arreglarme con estilo y me comporto cada vez más. Pero eso es a un nivel más mental, inteleptual y ¿cómo no hacerlo frente a la gente que tengo? Se nota que he crecido y me siento orgullosa de eso.

Sin embargo no soy tan femenina y odio el exceso de feminismo. Me considero un punto medio, como el punto entre la somnolencia y quedarse jetón. Me gusta mantener la boca abierta mientras trabajo y me sorprendo sacando la lengua de lado y me encanta que ahora que vuelvo a ser estudiante pueda llevar mi mochila en la espalda como niño y me ponga tenis. También me gusta llevar mis maxi bolsos y lindas bufandas y soy de lo más superficial. Y aún así saco legitimidad de mi más preciada pretenciosidad para viborear y mirar de arriba a las taraditas de mi escuela que creen dominar el mundo tras leer una editorial del NYTimes. Me gusta oler todo, menos adentro de los vagones las noches en la línea 5 que va muy al este de Brooklyn. 
 
Y aunque todo funciona o marcha de maravilla, mis ojos siguen buscando una inspiración. Es que aún no encuentro en quién inspirarme. Sigo como hace meses cuando empecé este traicionero blog. Obicemente no estoy saliendo de una depresión tropical como hace 5 meses, no jamás, es más, estoy en la parte más arriba de la ola y, me encanta ser lo que soy hoy día. Pero sigo pensando en qué clase de mujer soy y seré y en quién debo encontrar inspiración porque he evolucionado y aún así necesito encontrar alguien, una clase de mujer, que satisfaga mis nuevas necesidades y preguntas. 

En Women in Love, D.H. Lawrence describe así la mirada prejuiciosa del pueblo sobre una de las hermanas: "The provincial people, intimidated by Gudrun's perfect sang froid and exclusive bareness of manner, said of her 'She is a smart woman'".
Qué maravilla ser descrita así, o así lo veo esta madrugada! Y seguiré buscando la inspiración. 

Ésta era claramente para Camis y Norma. No serían mi amigas si no fueran inteligentes, divertidas, sensibles, sensuales y geniales. Y lo mejor, no sabemos ligar ni en México, ni en NY. 

4 comentarios:

Atzimba dijo...

Nena, la inspiración que necesitas está justamente en ese reflejo que ves. Tu inspiración es esa mujer que vive con la boca abierta. No necesitas más.

Y aunque te rasques las axilas sigues siendo tú y eres encantadora.

Trendy dijo...

Jajajaja, nena, eres genial, me identifico plenamente!!! Tambien me encanta sentarme con las patas abiertas y me gusta eructar. Lamentablemente tengo que reprimirme en esta nueva etapa laboral, pero en la intimidad de mi hogar no hay quien me detenga.
Por otro lado, la gente pensaria que perdemos el tiepo chateando, pero todo lo contrario, aqui veo todos esos temas trascendentales de los que hablamos por chat.

Somos geniales y refinolis

Xavier dijo...

¡Refinolis y fufurufus!

Anónimo dijo...

Sí, yo también necesito un tiempo para pensar qué mujer quiero ser y encontrar una inspiración, aunque sea a los 34 años. Qué complicado esto de ser humano, sería más fácil ser piedra, claro preciosa!!! En cambio, estoy aquí trabajando para los archivos de la APF, a quién le importan!!!
Otro detalle de tu distinción es tu uniojo, siempre tan limpio y bien cuidado.

Besos, Agr