Queridos espías, este blog cumplió un año, y no lo puedo creer. No por el blog y esa parafernalia, sino por el año que vino y se fue y todo lo que pasó en el inter. Anoche que venía regresando de un típico ajetreado viernes pero bastantemente satisfactorio, pensaba que ya casi había transcurrido un año desde que llegué aquí. No lo puedo creer... Se pasó rápido pero vi, hablé tanto, olí, comí, lloré, y fui feliz tantas veces que sólo puedo definirlo como ¿pleno?... No. No sé cómo aún.
Vine por primera vez en junio del año pasado con mi amiga Pau. Ya sabía desde finales de febrero que vendría a estudiar a NYU pero entre la sorpresa del cambio de vida, mi (im)presionante trabajo y la triste certeza que sentía al estar convencida que iba a cortar con mi entonces definido como precioso novio de unos años, me acuerdo perfecto que en realidad empecé a disfrutar la idea de mi futuro poco tiempo antes de renunciar a mi trabajo (último día 15 de junio). Es decir yo creo que fue en mayo porque mayo fue importantísimo. Como soy ñoña y el otro día releía mi tesis de licenciatura (ufffff 2002-2004), recordé cuando grafiquiaba cualquier mamarrachada. Entonces si tuviera una gráfica que reflejará el avance mensual de mi crisis del 2009, definitivamente mayo sería un mes de avance significativo y definitorio. No fue conclusivo pero sí importante. Porque chicas no hay nada para un corazón roto que tener un affair con un preciosísimo majestuoso hombre de Barcelona. Me acuerdo cuando Jonathan descubrió mi reciente blog. Qué oso de verdad. Era ese post donde decía que yo puro hombre del signo zodiacal tal y tal y como no había capricornio, se indignó. Por más que le dije que a huevo entraba en la categoría del "que calce más del 10", el muchacho no quiso saber de argumentos. Hombres sensibles. Pero ayyyy... en fín.
Y cuando llegué a Nueva York una noche de agosto, ya no estaba asustada, me moría del calor! Y el 29 de agosto, día siguiente, llovía y llovía. Claro, me perdí en el metro, llegué tarde a mi inducción e hice un ruido horrible al sentarme en esas sillas viejas del Silver. Y tuve que sentarme en primera fila. Pero alguien me sonrió desde otro fila. Era Norma. Y algo que siempre me sorprende es que tengo la facilidad de conocer a la mera gente increible. Ayer le conté a alguien que entre más de 300 personas me volví a topar con Norma. En el camión que nos llevó al retreat, Eleazar estaba enfrente de mi. El baboso venía escuchando nuestra conversación. Mi circulo de amigos más íntimos.
Cambiar así de vida implica mucho, y gente como Atzimba sabe que aunque sea temporal, es un cambio mayor. No voy a entrar en detalle porque qué pereza pero sí creo que no hay nada mejor que hacerlo con las personas adecuadas y yo definitivamente tengo una suerte impresionante para toparme con gente sensata, inteligente, divertidisima. Soy muy afortunada. Y me quieren.
Mi otra conquista fue este semestre más que el anterior. El anterior me gustó no me encantó y definitivamente no me satisfizo como mujer, como diría Dianita Jiménez. Le encontré todos los errores posibles a Wagner. Bueno éste ya empecé a proponer soluciones al menos. Claro nada le gana a mi triple A de éste y mi amor por lo que estoy estudiando. Conocí mejores profesores, expandí mis posibilidades y habilidades. Me integré a la comunidad, ya demostré que puedo con ese reto personal y estoy contenta. Logré entender que la maestría es para disfrutarse y para tumbar tu confortable pequeño egocéntrico mundo mental. Venga la locura porque para eso es el intercambio de ideas. Y si es con gringos, mejor, el mayor reto mundial. Entonces, me trajo la satisfacción de agregarle un granito de arena al pequeño hoyo negro llamado "quién soy? qué haré de mi vida?". Sabeeee pero ya sé mejor, aunque no entraré en detalles. Entraría en contradicciones, ya saben cómo soy.
Me falta algo? Me falta mucho para tenerlo todo. Me faltan esos zapatos y esas faldas de esas tiendas de diseñadores que ví en el Upper West Side. Me falta garantizarle la salud a mis papás y abuelos. Me falta la paz mundial........ ay verdad! No, obvio me falta un curita para mi alma mexicana quebrada a diario desde que tengo consciencia para leer periodicos o abrir bien los ojos ante mi país, oir mis con mis orejas. Osea los 23 años. jiji gran inútil.
Admito que miento mucho desde hace más de un mes. No le digan a nadie pero ahora que tengo eso del mi-peor-es-nada-cuarto-de-siglo, siempre ando con excusas o mentiras. Aunque mis dos mejores amigos de aqui lo saben, comparten miradas y demás chismes, notas y partes. He notado sin embargo que llevo un año sin amar plena y técnicamente a alguien. Me acuerdo cuándo y cómo amaba. Amar es sensacional. Vivir con alguien también. Mmmm, pero no noto mayor diferencia. Y amo demasiado dormir en diagonal! jaja. Bueno bueno, amé muchísimo, estuve a dos patadas de volver a amar alguien a principio de año pero no era el momento. Me gusta no amar a un hombre por el momento. Estoy amando tantas cosas que mientras no llegué aquél que me haga perder la individualidad, no le veo el caso ni la urgencia.
Y ya me voy en una semana! Me regreso a México por dos meses y medio a disfrutar de un internship que quise desde que lo ví anunciado por ahi. Me alegro volver a casa con algo productivo en mente. De otra forma sería terrible volver. No hay nada peor que el ocio excesivo, enloquece a las mujeres (más sin dinero, jeje).
El ambiente del cambio me impulsó a hacer lo que quería. Caray de dónde saqué tanto liderazgo? Ahora hasta seré Peer Advisor pal siguiente año. Y con tanto amor por los cambios, decidí dejarme de ñoñerías y dejo a mi roomate. De hecho estoy despierta porque se supone que mostraría mi cuarto reluciente de limpio. Nada. Nadie se apareció. Entonces recuerdo cuando vine en junio con Pau. Yo decía, no nena pero este barrio está demasiado.... negro! Ahora amo tanto Prospect Heights! No me ofusca nada la gente y me alegro no ser una miedosa de Manhattan. Me gusta regresar en metro y ver a la gente regresar cansada, sus manos trabajadoras. Se ve quién se friega a diario. Pero me esperan más aventuras del otro lado de Brooklyn.
Así es. Ahora mi itunes puso una canción que nunca he mencionado por penita ajena la mera verdad. Sin embargo se la mandé a Camila cuando estabamos en crisis y la escucho con muchísimo amor y cariño. Ya saben cómo es uno de cursi y ridículo. Entonces cambié el título de este post lleno de optimismo asqueroso. Una oleada pues.
Algo genial que aprendí este año fue a cuidar mi planta. Ahora es enorme y bella y tiene vida propia. Y no la dejé morir. La voy a extrañar. Me llevaré un cacho en agosto para plantarla en otro lugar. Quizá en un balcón.... ¿Quién lo diría? Ninguna de mis amigas-espías hubiera apostado por mi para garantizar la vida de una planta. Ya ven, fue un año lleno de conquistas.