Humor estacional

Se acerca cada vez más mi cumpleaños. Sin embargo llevo varios días encerrada en un sótano de la biblioteca. Hoy que tengo que volver y hacer un memo de estadística, después de tener ayer el examen oficial, me subiré al piso 8. La poca luz del día, la vista y el silencio obligatorio harán que mi mente recobre la paz. Eso pasó ayer, un poco de infierno, y el peor, el emocional. Pero hoy debo buscar tranquilizarme. Ya lo determiné. No es que hayan acabado los días felices, no sólo fue un día de turbulencia emocional y estoy consciente de eso.

La escuela no me atormenta, esa ya está en un nivel distinto al que llegó a estar en el CIDE o cuando JP me traía en chinga semanas enteras en el IFAI. La escuela me agota eso sí. Aunque sea una persona segura ahora, en efecto lo veo distinto, es un tipo de ecuanimidad que alcancé cuando salí de mi crisis de los 29 años. No me fui a Austin Texas, pero decidí venirme a NY donde podría disfrutar a lo máximo después de 10 años de sentirme como idiota en chinga. Por eso supongo que les dije a mis nuevos amigos que aunque fuéramos a estar como locos trabajando, se podría disfrutar porque estaríamos juntos y sí, la verdad nos la pasamos muy bien. Aunque no sepamos sumar, o conjugar en inglés. 

Y sin embargo, anoche venía llorando por primera vez en el metro. Ya venía quebrada emocionalmente y traté de tranquilizarme viendo la única niña bebe que venía en el metro a esa hora, 12:30. Sí era encantadora y aún así salían las lágrimas sobre mis ya sucios cachetes. No sé qué me dirán los expertos de NY pero he notado que estos días se llena cada más y más la gente que regresa a esas horas, es más lento el servicio también. Anoche Brooklyn Bridge estaba fríisimo, estuve sentada y congelandome. Intenté ocupar mi mente mirando el periodiquito del metro. No sabía que Reese anduvo con Jack Gyllenhaal, como se llame. Y me congelaba, quizás deba intentar no ponerme tan cerca de las escaleras.

Anoche antes de mi examen una de mis nuevas amigas se puso muy mal. Resulta que cuando conocí a Norma, fue como encontrar una persona especial. No por sus títulos, o sus cartas de presentación sino porque… va a sonar a romance, fue encontrar de esas pocas personas que resultan tan perfectas para ti y cómo en este planeta tan inmenso. Gente con quien conectas de forma perfecta, que sientes que todo embona y lo poco que no, no importa porque hay un espacio de confianza creado con rapidez y con verdaderos buenos sentimientos. Por eso, las cosas con ella fluyen. Buenas y malas. Si debo escoger alguien entre la gente que he conocido aquí, sería Norma. Ella se ha vuelto parte de ese grupo de mujeres que admiro por las cosas que ha hecho por ella. Mis amigas entenderán esto. Pues entonces la encontré en un ataque de pánico. Yo iba a Mercer St. cuando la encontré y me quedé unos minutos ahí, abrazandola, tapándole sus manitas desnudas, qué más haces? Y sí, me volví a dar cuenta de algo más.

Ya ven como todos mis días son de moraleja. No importan tus prioridades, lo primordial es nunca anteponer tus presiones ante el amor que tienes por alguien. Dije, examen, Norma? Cómo pude dudar, obviamente abrazar y llorar con mi amiga.  Sí, aunque nuestras lágrimas hicieran que el viento nos partiera más la cara y nos diera más en la madre. Es la lección para el futuro y arrepentirme de haber sido bruja con mi mamá, con otras personas, contigo, conmigo.

Entender el llanto y pánico y miedo es irremediablemente inútil. Quizás sea necesario sólo sentirlo y tratar de llevarlo. Es lo que he tratado de hacer en este año. Pero ya me di cuenta que me es imposible ser 100% cool, que soy un ser que siente demasiado, y aún me cuesta administrar bien todo lo que siento, quizás en un arranque consulte a mi guía de Frutti di Mare y le pida tips para siempre sonreír. No, nunca podría ser así conmigo, ya no.

Quizás todos los seres emocionales como Norma y yo necesitemos ya el contacto humano de nuestra gente. Quizás sea eso, quizás nuestros fantasmas anden rondando por ahí. Quizás no ayuda que anochezca a las 4, quizás sí existe la depresión invernal, quizás sí pega no dormir bien por varias semanas. Quizás afecta dejar de comer verduras frescas demasiado tiempo. Quizás necesitamos un caldo de pollo hecho por mamá, sí aunque nuestro promedio de edad sea 29. Quizás sí existen altibajos, quizás persisten las inseguridades. Quizás da miedo el futuro y tomar decisiones de adultos. No obstante, algo deberemos hacer, (con b de burro), porque se avecina mi cumpleaños y para mí es el símbolo de mi supervivencia, es mi corona, es la proclamación de mi mejor momento cuando volví a ser yo. Y 2010 será un año de más búsquedas. 

New York me tiene un regalo especial para el 23, vamos recobrando los grados, volvemos a los 3o y tantos grados, al menos a los ceros entonces. 

Forecast for New York, NY (10012)

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SUNDAY

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MONDAY

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TUESDAY

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