jueves, 29 de abril de 2010

las pequeñas batallas de abril

A todas las que creen que abril es todavía un gran mes!


Espías queridas y uno que otro querido despistado, ¡qué se nos escurre abril de las manos! Y fue un gran mes. Comparado a la fallida expectativa de marzo, este mes ha pagado muchas de las deudas del mes anterior. ¿Cómo nos pintará mayo!? Como dirían dos de mis más simpáticas ex parejas, ojalá que sea la cuarta parte de la vigésima de la octava de lo satisfactorio que ha sido nuestro querido abril. In Shallah.
Este mes fue super bueno, además de obtener grandes calificaciones, de bajar de peso, de comprarme ropa, de tener un cuarto lleno de ropa sucia tirada y cero regaños ni de mamá o novios, estoy contenta. Y me gusta ser soltera, estoy cumpliendo un año de serlo. Es una etapa distinta además de que evidentemente tampoco tengo mucho tiempo. Sin embargo, y uds saben que nunca presumo conquistas ni voy fingiendo por la vida una falsa modestia (porque como no tengo complejos me miro siempre en todos los espejos... o ya los complejos a los 30 ya valen gorro), y sin embargo entonces, pues sí ligo. Nada que aún me haga perder la cabeza. Pero sonreir es generador gratuito de endorfinas entonces sonriamos. También he tenido mis días de panchitos, aunque yo misma me doy color que los niveles de panchez han bajado demasiado en mi vida- Antes casi me tiraba de autos, rompía partes de mi cocina, hoy sólo miro feo en mi parada amada de Union Square. ¿Se estará acabando en mi la pasión? ¿Por fin después de un año me estoy ganando el cielo de los ecuanimes? Supongo que simplemente falta la chispa que prenda la locura.
Hablando de madness, hace un rato cogí con mi mano el confeti natural que hay por toda la ciudad ahora que el viento ayuda a desflorar las primeras flores en los árboles que dan pauta a las hojas verdes. Ya New York es toda verde, blanca y rosa. Hoy el cielo era ázul azul (no sé dónde está el acento gracias) y el viento helado. Supongo que son los estragos del invierno en esto que se llama la primavera. Ya pronto llegará el verano. Y sin querer me miré en el vidrio de un coche por ahí y me reí de mi tonta sonrisa. Y volé--- Me acuerdo de mi hace unos años, y estos mismas temas son los que quizás más me unan a la mayoría de mis amigas.... la vulnerabilidad y la fragilidad de nuestros autoestimas ahora mucho menos que hace ya varios años. La diferencia en mi -y esto es lo que me hace verme guapa a pesar de las ojeras o arrugas- es la seguridad con la que ando por la vida. Recoger pequeños logros personales sin tener que andar exponiendolos al mundo son parte de los pequeños pero grandes detalles que me hacen estar contenta. Todos tenemos esos pequeños tesoritos que guardamos orgullosamente en nuestro fuero interior.
Quizás esta tranquilidad ilusoria es un regalo de mi condición de estudiante, el confort de no tener que pensar tan apresuradamente en el futuro y en las preguntas. Pero creanlo o no, el cerebro trabaja más que nunca y desbarata en cuestión de segundos los castillos de aire que he hecho en mi cabeza. Y supongo que ese es el objetivo de volver a estudiar... volver a preguntarse cosas sin cesar y criticar y cuestionar y desbaratar y volver a pegar... Y volverse pobre, jaja, esa es otra cosa. Supongo que es un buen cambio en pleno cambio de generación, de década y de prioridades. Aún tengo que encontrar qué hace uno con una maestría además del placer de codearse con la gente con más estilo en el elevador hacia el 5to piso de la biblioteca de NYU, o ayudar a cargar la carreola de afro americanas mamás en mi parada del metro o perderme en el bronx y por qué no? mejor me paró a comer comida dominicana.
Supongo que todo lo que hagamos será por el placer de coleccionar esos detalles de la vida, esos son los logros, no las grandes promesas, sino las pequeñeces.
Ay pero qué aburrida me he vuelto!!
-Esto trato de ser uno de esos mensajes buen vibrosos para mis más preciosas amigas-

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