Del odio al amor, sólo hay una rabieta

Oigan ya no me vuelvan a decir se te dijo, o el famoso i told you so. Pero hay cosas que me hicieron rabiar hoy. Rabiar es una linda palabra en realidad, es como la parte tierna del enojo, y que podría ser hasta coqueto en mi caso porque recuerdo mis berrinches de hoy y aún así sigo contenta de estar en New York y con mi condición humana de pre estudiante.

Mañana entro a clases y tengo mucho que leer ya. Y lo estoy haciendo con una pequeña pícara sonrisa en mi cara. Es quizás difícil volver a clases después de... (hijoles... i'm getting so old) 7 años pero creo que lo estoy disfrutando!

En realidad no soy muy complicada, soy bastante fácil como bien saben, pero sí soy idiática en 1 o 2 cositas en la vida y una de ellas es mi espacio de trabajo. Por ejemplo, en mi antigua casa, me acomodaba perfectamente en mi preciosa mesa que mandé hacer y mirar de frente mi linda foto de Charles Marville. Cuando quiero trabajar en serio, tengo que poner orden, es paralelo al orden en mi mente -suspicaz-. Aquí tengo una deliciosa cama, pero así definitivamente no puedo trabajar porque eventualmente termino haciendo lo que mejor se hacer: echar la hueva y p r o c a s t i n a r.

Bueno hoy me lancé a IKEA de Brooklyn y encontré mi escritorio ideal, BBB. Y no lo tenían. Ach. Me fui haciendo rabieta (pero soy astuta, pedí se me señalara la fecha de arribo a su limpia tienda y se me avisará). 

EL 2do objeto de mi rabiar es que... siempre me siento mareada. Así, se mueve todo. No es vértigo porque eso tiene una amiga de Colombia y al parecer eso sí es serio y fue a comprar Dramamine. Lo mío es Dramaqueen y sólo es cuestión de adaptarme. Dice Atzimba que se debe a: a) que estoy a la altura de la mar, b) a veces me falta un poco de contaminación, c) hormonal, d) todas las anteriores, e) ninguna de las anteriores, está en mi mente (esta la añadí yo)

Luego volví a mi barrio el cual desde el viernes pasado está invadido por el Parade de las Islas Caribeñas pero hoy fue un abuso de confianza. Todavía el otro día  me fui a meter por el Museo para ver, no? Pues tampoco era la gran cosa, y perdón que diga esto así, pero parecía el carnaval de Yautepec, pueblo amado de mi padre, igualable en colores, olores y basura en el piso. Claro, esté tenía más organización, y cero alcohol y disfruté porque es nuevo y me encanta ver y observar a la gente, y oler las cosas (aunque sin comentarios), y hasta mirar a los niños sonreir (eso fue para mis amigas que ya quieren ser madres/amigos que ansían robar niños lindos). Y hoy hubo una multiplicación severa de la población y después de 5 hrs ya me tenían hasta la madre con el género musical "regetón meets reggae", ni idea como se escriba pero es un hit aquí en el Eastern Parkway. Eso me hizo rabiar un poco.

Y lo último: una CUCARACHA!!! eso ya fue el absoluto objeto de mi rabieta final y única legítima. Noooo, noooo no lo puedo tolerar. Y lo atribuyo al exceso de cochinadas en la calle porque aunque no lo crean he sido súper limpia. Sueno mal pero me vale, no soy racista pero yo que ando batallando tanto con el reciclaje (mi roomate enloquece con el tema) y esta gente ahí nomás dejando sus olotes! Me estoy riendo porque olotes es una palabra sensacional.

Retomaré el buen camino y voy por la escoba más cercana...ya barrí, ahora sí, tarea!