Mi nueva expresión favorita. Hoy hizo un calor inexplicable, de ésos que parecen jarochos, ya saben, de ésos que hacen que lo que traigas puesto, se pegue en la piel. Para colmo tuve que pararme a las 7 am, pero para lograr lo anterior mi amiga Norma tuvo que llamarme. Dormí 4 horas. Desayuné y en Wagner daban desayuno. Mmmm, pero bueno me limité. Lo malo es que me topé con mi mamón profesor de la peor clase que tengo. Sólo por ser hoy, me cayó mal.
Posteriormente, me eché una siesta en NYU: error, desperté sudando por la idiota calor porque tenían puesta la calefacción ¿alguien entiende por qué? Sus instalaciones son bastantes incomodas e incongruentes a veces, o no León? Luego pegan tanto sus pupitres que le tiro todo al vecino con mis faldas (por no decir mis 4 libras de cadera no es cadera)… Siempre tengo que reírme pendejamente, lo bueno es que aún pega. En pleno puto calor me trabé en cada una de mis tareas. Eso no sólo me hizo desesperar pero deprimirme. Se acercan los finales y todo ya empezó a complicarse. Yo creía entender todo y no, resultó que sí entendía pero la mitad. Luego tengo que ir a clases adelantadas mañana porque el jueves tengo una entrevista para un trabajo de equipo, NO para trabajo. Pero hoy dí el primer paso con respecto a eso y ya quedé de mandar mi CV a varios profesores. Es el inicio del fin de la adolescencia.
En plena calor mis amigos y yo viajamos desde la comodidad de la preciosa calle 8 a la 116 para ir a una conferencia en Columbia. Sí, es una muy bella universidad y la conferencia fue buenísima. Ahora, me di cuenta que soy como los gatos cuando les recortan los bigotes (pero yo mantengo el mustacho), pierdo mi equilibrio, poco sentido común, y de ubicación cuando hay oscuridad a las 5 30 pm. Luego tuvimos que regresar para Brooklyn. Descubrí que el metro es mi lugar favorito para leer (claro cuando no viene atiborrado o con algún demente): pongo mi música (hoy the Cure), recibo aire acondicionado, y por fin pude leer algo que tengo atrasado. Además, el amor está en el metro, siempre me enamoro (ya saben del viejo dicho "yaaaa me volvíii a enamorar"?). Pero el punto aquí es que Columbia queda hasta la chingada, y yo traía mis botas. Me duelen mis pies.
Llegué a mi casa y mi roomate me sale con que a Chuchita la bolsearon. Ya sabía yo que siempre sí me iba a decir que le diera posada a Atzimba este fin cuando ya me había censurado y yo ya había tenido 1) un pre ataque de diabetes del estrés de decirle a mi pobre desamparada amiga 2) quedado con mi amiga Petite Jeanne que ella iba recibir a la ya mencionada anteriormente en su lindo departamento en la 115, hoy lo conocí por cierto. Ach. Ach. Ach! Ven por qué las mujeres somos insoportables? Ya no puedo mirar hacia arriba porque se llena mi frente de 3 arrugas.... ach!
Me siguen doliendo los pies y mi cuarto es un mugrero. Hoy sucedió mi deseo de ayer: soy una maraña de quejas. Me choca tener que cambiar el idioma de celular en cada mensaje por culpa de tener amigos locales y de la mafia española. Me molesta todo hoy, estoy haciendo un mega berrinche jajaaja! Lo único legítimo es que posiblemente deba preparar un examen de Micro durante la vacación de diciembre, se dan cuenta?! Qué mega molesto! Conste que estudiaré viendo Greys Anatomy con mi espía, quien me secunda e inspira mis quejas, gracias. E iremos por unas gordas de chicharrón, total ya nos estamos haciendo viejas y quien nos ame deberá amar nuestras carnes fofas. ASÏ COMO SE LEE.
Good bye yesterday
Try again today
1 comentario:
Casi me da el patatus a mí. ¿tengo o no tengo techo pa' gorrear? Porque creo que la pobre Juanita nos manda a la chingada si le decimos que siempre sí. Por cierto, creo que la genifer se merece una calentadita ¿o no?
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